En julio de 2010, Susana G., la mujer asesinada el pasado martes en Málaga, denunció a su esposo, José R. C., por maltrato y amenazas. El hombre fue hallado culpable en un juicio rápido y condenado a 15 meses de prisión. Además se le prohibió acercarse a menos de 500 metros de su víctima ni comunicarse con ella. Como carecía de antecedentes penales, la titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Málaga suspendió la pena por dos años a cambio de que José acudiera a un curso de concienciación en igualdad.
El esposo se conformó con la pena y en noviembre empezó un curso de 25 sesiones en el Centro de Inserción Social de Málaga, que depende de Instituciones Penitenciarias. El programa acaba en junio y José ya había acudido a ocho sesiones. Sin embargo, las lecciones no impidieron que el martes matara a Susana de un hachazo.
La sentencia describe un panorama de acoso e intimidación en el domicilio familiar. En abril de 2010, antes de que la mujer se separara de José, este la agredió físicamente. El hombre la agarró del cuello de la camisa y la empujó, aunque sin causarle lesiones.
Según el fallo judicial, el 6 de julio pasado el hombre amenazó a la madre de Susana por teléfono: "ya lo tengo todo perdido, yo iré a Alhaurín [en referencia a la prisión provincial de Málaga], pero a ella me la llevo por delante", le dijo. Esa misma tarde el hombre lanzó graves insultos a la fallecida por correo electrónico: "No sigas jugando conmigo, que la próxima vez no vas a escapar de una pieza, que yo sé que mi futuro está en Alhaurín, y el tuyo junto a tu querido V., que te vigile mientras te pudres".
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