A CONTINUACIÓN, OS VOY A MOSTRAR UNA SERIE DE DIBUJOS QUE REALIZARON UNOS NIÑOS MALTRATADOS.
MAMÁ NO TE ENFADES
MAMÁ NO TE ENFADES
"Lo único que quiero es que mi madre deje de enfadarse", eso es lo que dice este menor maltratado de manera psicológica por su madre. En el dibujo, ésta hace acto de aparición como una figura enorme y amenazante, con terribles fauces, sobre el crío, empequeñecido.
EL GRITO
Esto procede de una niña de cinco años maltratada físicamente por su padre y testigo de las palizas que éste propinaba con regularidad a su madre. La pequeña retrata una figura con enormes orejas y boca, que escuchan y gritan pidiendo que finalice de una vez por todas tanta violencia. Al estilo de ‘El grito’, pintura de Munich. Hay rabia y agresividad reflejadas con trazos
enfáticos y claros.
UNA MAMÁ GLOBO
Una niña de siete años hizo este dibujo. Un padre ausente y una madre incompleta que se aleja. Una “mamá globo”. Por eso los niños (la propia víctima y su hermano) tienen unas piernas tan largas, para intentar acercarse a ella. La cría retrata, en dibujo libre, a su familia; el padre ni siquiera aparece (la pareja está separada). Es víctima de maltrato emocional por parte de ambos progenitores, y de posible maltrato físico y sospecha de abuso sexual por el padre. La niña presenta dificultades de adaptación escolar, ansiedad, señalado rechazo al padre y enuresis.
EL CEREBRO ME ESTALLA
Esta adolescente de 14 años es víctima de abusos sexuales por su padre, por su madre y por sus hermanos mayores. Por increíble que parezca, la chica abusaba a su vez de su hermano pequeño. Desde los 12 años presentaba una conducta en extremo promiscua, síntoma evidente del horror a que había estado sometida. Durante mucho tiempo, la menor no pudo hablar de lo sucedido; el relato de los hechos se hizo esperar. En dibujo libre, la cría pinta a todos los miembros de su familia tocándose entre sí. Ella, a la izquierda del dibujo, siente su cerebro a punto de estallar de tanta presión. El papel aparece muy arrugado; en un rapto de angustia, la niña intentó romper el dibujo, deshacerse de él.
LA TORTURA QUE QUIERO
Una niña de diez años sufrió abusos sexuales por parte de su padre desde los seis meses de edad: violada vaginal y analmente. Tras la separación conyugal, la menor se quedó a vivir con él hasta que se desveló el maltrato. Al iniciarse la evaluación psicológica, la cría mostraba trastornos de alimentación, conducta agresiva, pobres relaciones con sus iguales, desconfianza, vergüenza, culpa, pesadillas, rabia y miedos. En dibujo libre, representó así a su padre. “Ésta es la tortura que quiero [para él], o peor”, formula la pequeña. Una especie de crucifixión con elementos muy claros: cadenas, flechas, amputación de los genitales, desangramiento…
COMO UN OGRO
Un niño de tan sólo siete años de edad ha vivido maltrato emocional y, en menor medida, físico a manos de su madre. Los mensajes que el crío recibe de ésta señalan su inutilidad y su incapacidad, así como su maldad. El pequeño interioriza esos mensajes hasta el extremo de verse a sí mismo como una especie de ogro. “Me encanta ser un monstruo”, afirma, resaltando los aspectos negativos. Presenta también una gran dosis de rabia y escasa empatía.
DISTORSIÓN, ENFADO
Un niño de sólo 12 años es el menor de tres hermanos víctimas de abandono emocional por parte de los padres. El crío sufre desgarradoras carencias afectivas desde los primeros meses de vida, a las que se suma un fuerte rechazo en su entorno escolar. “Hacen lo que quieren conmigo”, explica. En dibujo libre, se autorretrata enfadado. La pintura presenta una gran distorsión de la figura, infrecuente en un niño de su edad.
MI HERMANO ME METE MANO
En esta ocasión, se trata de una víctima de abusos sexuales por parte de su hermano de 12 años, con sospechas de que existiera incluso penetración. Antes de recibir ayuda psicológica, la niña presentaba hiperactividad y problemas de atención en el colegio. Llegó a espetar a una profesora: “Mi hermano me mete mano y me folla”. En sesión clínica, el psicólogo le pidió que se dibujara a sí misma. Se autorretrata con mirada de vigilancia, subrayada por el tamaño de los ojos; omitiendo o tachando algunos detalles corporales (como la boca) y añadiendo – de forma relevante- genitales masculinos a su figura de niña.
UN SOL AGRESIVO
Un sol dominante, pavoroso y agresivo, que todo lo envuelve y no deja nada al azar, en medio de colores furiosos. Una bestia engulle sin piedad un cerebro, ante la mirada suplicante de un niño. Quien hizo este dibujo vive en una familia desestructurada, con episodios de maltrato físico y emocional entre los padres y también hacia los propios hijos. Se sospecha que el crío pueda ser víctima de abusos sexuales por parte de su padre.
SON SORPRENDENTES VERDAD ¿? PUES MUESTRAN LA DURA REALIDAD DE UNOS NIÑOS, PARA QUE VEÁIS LO QUE PUEDE LLEGAR A TRANSMITIR UN DIBUJO...